XIV. - EL ORDEN REPUBLICANO

-Comprendemos bien los efectos nefastos de la pol�tica econ�mica y de la pol�tica de abastecimiento del Frente Popular, pero el sentimiento de tener delante un enemigo com�n, esta espada de Damocles suspendida sobre la cabeza del antifascismo, que se llamaba Franco y que amenazaba con barrerlo todo, �no acerc� a las distintas corrientes? �No busc� el gobierno, delante del peligro que le amenazaba, , reconstituir una verdadera unidad de lucha? La prensa del Frente Popular ha presentado al gobierno del doctor Negr�n como un gobierno de Uni�n Nacional. �La actitud del gobierno Negr�n era realmente democr�tica?
-Brome�is, pero hac�is bien de preguntarme esto. Me da la ocasi�n de hablar de la represi�n y en general del "orden republicano".
En cuanto a la Uni�n Nacional, los obreros franceses saben lo que es: Poincar� y Doumergue: al obrero se le toma el pelo y el burgu�s se aprovecha. La uni�n entre el burgu�s y el proletariado es imposible.
Como veis, soy incorregible y repito varias veces la misma idea, pero es una idea que har�a falta enraizar en la cabeza de cada explotado.
Si se trata de la Uni�n Nacional tipo Negr�n, difiere evidentemente, fundamentalmente, de la de Poincar�. Socialmente, estaba suspendida en el aire y el doctor estaba, como quien dice, entre dos sillas, lo que no quiere decir que entretanto no enga�ara al proletariado, y persiguiera, arrestara, y a menudo asesinara, a sus mejores militantes.
Las haza�as de Negr�n y Comorera en ese terreno son ya algo conocidas en el extranjero. La sangre de Andreu Nin, de ese �ngel del anarquismo que fue el profesor Berneri, de Domingo Ascaso, de nuestros queridos Erwin Wolf, Moulin, de millares de otros, han manchado para siempre las manos sangrientas de los estalinistas y de aquellos que, como Poncio Pilatos, se han lavado las manos y han dejado hacer.
Tratar� de resumir brevemente c�mo funcionaba la polic�a del Frente Popular y cu�l era la orientaci�n y el sentido de las medidas represivas del gobierno.
Como ya se ha explicado, los acontecimientos de mayo de 1937 determinaron un giro en la evoluci�n de la Espa�a republicana. Mayo de 1937 fue el desarme del proletariado, la destrucci�n de todas las organizaciones independientes de la clase obrera y entre otras de las Patrullas de Control.
Las Patrullas de Control han sido un aut�ntico organismo de la clase obrera nacido en la fiebre de las ardientes jornadas de julio de 1936. Eran destacamentos obreros bajo el control de las organizaciones proletarias encargados del mantenimiento del orden p�blico. Al principio, en las Patrullas de Control estaban representados todos los partidos antifascistas, los comunistas y el PSUC incluidos. Conforme a la pol�tica general del Frente Popular, estos �ltimos se retiraron voluntariamente de las Patrullas de Control y lucharon despu�s por su disoluci�n. En su mayor�a estaban formadas por miembros de la CNT-FAI. El POUM tambi�n tomaba parte en ellas. Aunque podemos criticar muchos defectos de estos organismos (lenidad, descentralizaci�n que resultaba de la orientaci�n anarquista...) debemos sin embargo constatar que constitu�an un embri�n y un elemento de poder proletario. Eran en todo caso un organismo antifascista fiable en un cien por cien. Fue destruido por los "realistas" jefes del Frente Popular y reemplazado por la polic�a burguesa reconstituida gracias a los esfuerzos combinados de republicanos, socialistas, estalinistas y tambi�n de los jefes anarquistas.
La reconstituci�n del "poder fuerte" burgu�s (en realidad s�lo ha sido fuerte contra el proletariado revolucionario) no ha hecho m�s que servir a los fascistas y a los verdaderos agentes de la quinta columna.
En adelante, todo el mundo pod�a ser arrestado en Barcelona como esp�a o sospechoso, salvo los verdaderos agentes de Franco y los aut�nticos esp�as. Esto parece una paradoja, pero era as�. Algunas excepciones a esta regla general s�lo la confirman.

La represi�n que sigui� a mayo de 1937 ten�a un claro sentido de clase. Eran los girondinos, y detr�s de ellos los elementos reaccionarios de todo tipo, los que levantaban la cabeza. Se vengaban de los obreros revolucionarios y de los combatientes del 19 de julio. Se vengaban de los miembros de la Patrullas de Control, de los malditos comit�s, nacidos durante los primeros d�as de lucha. Eran los burgueses los que levantaban la cabeza. Se escond�an, es verdad, detr�s del antitrotskismo, y escuchaban con simpat�a las letan�as estalinistas, pero esto no cambia nada; en el fondo, no hace m�s que confirmarlo.
Un ejemplo entre mil para ilustrar el car�cter de clase de la represi�n que ha seguido a mayo de 1937.
En la primera mitad de agosto de 1937 se fusil� en L�rida al comisario pol�tico del POUM, Mena.
�Qui�n era Mena? Un militante y luchador del proletariado en el mejor sentido de la palabra. No podr� hacer su biograf�a pues no dispongo de datos suficientes. Pero tuve el honor de conocerle en febrero de 1937, cuando me guiaba, a�n como maestro, visitando el castillo de L�rida. A�n veo sus ojos llenos de fuego, y recuerdo la escena inolvidable cuando me hizo entrar en la sala de la fortaleza diciendo: " Aqu� encerr� en las primeras semanas despu�s de julio a todos los fascistas y burgueses de L�rida. Deb�an hacer lo que les ordenaba. Si alguno murmuraba sab�a lo que le esperaba". Y se�alaba su rev�lver. Despu�s, con gestos, reconstru�a los momentos en que los honorables burgueses de L�rida detenidos deb�an, a la hora de comer, hacer cola con sus escudillas. Cuando Mena contaba esto, sus ojos reflejaban todav�a la satisfacci�n: �era la de un obrero que hab�a sido siempre perseguido, hab�a pasado por las prisiones y por la emigraci�n y que ten�a ahora entre sus manos a los cebones de L�rida!
Fue uno de los primeros comisarios pol�ticos de la Espa�a republicana. Fue uno de los primeros en entrar en el castillo de L�rida el 19 de julio. �Y no era f�cil! En el castillo hab�a militares sublevados. Mena, a la cabeza de los obreros, se lanz� al ataque de la fortaleza. Con un fusil primero, despu�s con un fusil ametrallador, sub�a los pelda�os que conducen a la torre. Limpiaba la escalera.
Despu�s de julio, siendo comisario pol�tico de la fortaleza de L�rida, defendi� siempre los intereses de los soldados. Este combatiente sab�a odiar. Se comprende que fuera tambi�n odiado, y que sus enemigos s�lo esperaran la ocasi�n para vengarse.
No conozco las circunstancias de su asesinato. Los camaradas del POUM que le conoc�an bien, sobre todo los de L�rida, explicar�n alg�n d�a este episodio con detalles. Me enter� en el mes de agosto, en el frente en las cercan�as de Quinto, de que hab�a sido ejecutado en el castillo mismo. Me enter� leyendo "El Noticiero Universal". He aqu� m�s o menos c�mo el peri�dico republicano relataba en la r�brica de sucesos la ejecuci�n de Mena. "Despu�s del juicio, conocido el veredicto, Mena pidi� ser enviado al frente para poder morir por una bala fascista. Para apoyar su petici�n aleg� el haber sido el primero en tener el honor de llevar el t�tulo de comisario pol�tico despu�s de julio".
He aqu� la informaci�n del "Noticiero". Mena fue asesinado ni m�s ni menos que por la coalici�n de los estalinistas y los burgueses de L�rida.
Cuando volv� a pasar por L�rida en diciembre de 1937 habl� con los obreros sobre la suerte de Mena, que diez meses antes, hab�a sido mi gu�a en el castillo. Los obreros de L�rida no le han olvidado. Explicaban su asesinato sobre todo por el hecho de que hab�a asumido la defensa de los soldados contra los oficiales "republicanos". Un militante de la CNT que era m�s bien su enemigo y adversario pol�tico de la localidad me dijo: "�Era un verdadero luchador!"

Al recordar a combatientes como Mena, a veces se siente verg�enza de no haber sido asesinado con ellos. Es verdad que nos queda la sagrada misi�n de vengarlos. Si he mencionado la suerte de Mena[1] no es s�lo para hacer vivir el recuerdo de este h�roe del proletariado, sino m�s bien para servir a la causa por la que Mena subi� las escaleras del castillo en julio, y por la cual fue asesinado, un a�o despu�s. Esta causa, la causa de la revoluci�n proletaria mundial, exige que se informe en el extranjero de cu�les han sido las v�ctimas de la represi�n stalinista-burguesa de mayo. Multiplicad a Mena por cien, por mil y por varios miles, poned en su lugar a un militante de la CNT o de la FAI y comprender�is contra qui�n estaba dirigida la represi�n que sigui� a mayo.
Despu�s de mayo, el POUM fue puesto fuera de la ley. En cuanto a la CNT y sobre todo a la FAI y a las Juventudes Libertarias, fueron sistem�ticamente enga�adas y perseguidas. Muchos de sus militantes han sido vilmente asesinados, otros encarcelados. En la carta del secretario del Comit� Regional de la CNT, Dom�nech, dirigida hacia el mes de noviembre de 1937 a su Excelencia el Presidente de la Rep�blica, Aza�a, redactada en un tono suave y lacrimoso, que recuerda enormemente la petici�n dirigida al zar por los obreros que se dirig�an con Gap�n hacia el Palacio de Invierno[2], se constataba que en las prisiones gubernamentales hab�a tantos prisioneros antifascistas como en tiempos de Gil Robles. Es dif�cil admitir que Dom�nech, que era muy paciente y ten�a el h�bito de quedarse mirando tranquilamente c�mo fustigaban a su organizaci�n, exagerase. Este anarquista dec�a la verdad e imploraba la comprensi�n y la gracia del se�or Aza�a, es decir, de la burgues�a.
"�Ni burlas ni llantos, comprensi�n!" El terrible "anarquista", ex consejero de la Generalitat y secretario del Comit� Regional de la CNT, estaba muy molesto.
Este ex ministro no se contentaba con seguir de "ex", quer�a volver a ser ministro. Los pocos meses durante los Cu�les este "antiestatista" pudo gozar de una cartera no pasaron sin dejar huellas. Imbuido de una ideolog�a peque�oburguesa, el "realismo" necesario de un hombre que tiene responsabilidades y de un ministro que no puede contentarse con hacer discursos demag�gicos, sino que debe servir activamente al capital, se le impon�a.
La "unidad" y las "razones de Estado" compartidas tambi�n por la CNT exig�an "encajar" y permitir que se persiguiera impunemente a los miembros de la organizaci�n. Pero, por otra parte, Domenech recib�a diariamente comunicados de las diferentes localidades sobre la detenci�n de militantes. Estos militantes libertarios eran incorregibles: quer�an simplemente la libertad y protestaban porque hab�an estado encerrados desde hac�a s�lo algunos meses[3].
En la persecuci�n del gobierno, es decir, de la coalici�n estalinista-burguesa contra la CNT, hab�a tambi�n un m�todo. El fin de esta persecuci�n sistem�tica, como siempre en casos parecidos, era domesticar a la CNT y hacerle sentar la cabeza. En este m�todo educativo se alternaban las patadas con los cumplidos. Negr�n, Companys e incluso Comorera se daban cuenta de que sin la CNT (una organizaci�n de masas que ten�a con ella a la mayor�a aplastante del proletariado catal�n y a lo m�s selecto de los elementos combativos), la guerra antifascista era imposible. Esto no quiere decir que quisieran y trabajaran por una colaboraci�n honesta con la central sindical revolucionaria de Espa�a. Era imposible una colaboraci�n franca y leal con Negr�n-Comorera por su orientaci�n general: ganar el coraz�n de Chamberlain y del capitalismo "democr�tico". Ahora bien, ante un embajador de Inglaterra, la CNT les hac�a avergonzarse. Pero ir hasta el fin contra la CNT, como contra el POUM, era tambi�n imposible, era provocar la derrota inmediatamente. Los estalinistas intentaron ir por esta v�a, y la GPU ten�a ya en cartera un proceso contra la CNT a la que se quer�a acusar de colaboraci�n con la quinta columna.

Hacia agosto-septiembre de 1937 (eran los meses en que el gangsterismo estalinista estaba en Catalu�a en su apogeo) apareci� un comunicado del Bur� Pol�tico del PC en el cual se dec�a que "ciertos elementos extremistas", de acuerdo con la quinta columna, preparaban otros movimientos del mimo tipo que los de mayo: Esto ocurr�a despu�s de la disoluci�n del POUM. Ahora le tocaba a la CNT. Se public� en la prensa de la �poca una pol�mica seguida de un intercambio de cartas entre la CNT y el PCE.
Pero el PCE no sigui� por este camino. As� que no se puso a la CNT en la ilegalidad, como al POUM, pero se le escup�a en la cara cada cuatro d�as. La direcci�n de la CNT dec�a: "Gracias"; a veces se sacaba el pa�uelo y dejaba correr algunas lagrimas invocando la justicia y los servicios prestados en el pasado a la causa antifascista ("fuimos nosotros los que salimos el 19 de julio"), y tambi�n los servicios prestados a la burgues�a en mayo de 1937 con su traici�n y su "Alto el fuego". Pero el reconocimiento interviene raramente en la vida y menos a�n en esta "sucia" pol�tica. El que la CNT "encajara" con tal bondad no hac�a m�s que incitar al d�o Negr�n-Comorera a continuar con sus amigables patadas contra la CNT.
En cuanto a la base de la CNT, el Comit� Nacional y el Regional quer�an insuflarle paciencia record�ndole que: 1) Existe la guerra, por tanto hay que soportarlo todo. Para muchos esto quer�a decir: "primero ganar la guerra y despu�s salir de las prisiones"; 2) El reino de Dios no es de este mundo, es decir: vivimos en una sucia atm�sfera rodeados de politicastros. En el para�so del comunismo libertario nos desquitaremos; 3) Tal fue siempre la suerte de los anarquistas: sufrir, ser perseguidos y continuar en la c�rcel. Era conmovedor, rom�ntico, pero no convenc�a siempre a los prisioneros.
El gobierno persegu�a a los elementos revolucionarios de la CNT, su ala izquierda, a "Los amigos de Durruti", a los elementos revolucionarios de las Juventudes Libertarias y de la FAI, deten�a tambi�n de vez en cuando a algunos reformistas de los Comit�s dirigentes, para que aprendieran. Estos �ltimos sal�an de la prisi�n al cabo de unos meses de cura, m�s prudentes de lo que hab�an entrado. Al mismo tiempo, los dirigentes comunistas y republicanos hablaban de "unidad" y a veces incluso se abrazaban tiernamente con los representantes de la CNT en los m�tines p�blicos, cuyo fin era demostrar a las masas que reinaba una perfecta armon�a entre las dos centrales sindicales y que una atm�sfera de tranquilidad reinaba en el matrimonio. El m�todo educativo de Negr�n-Comorera sirvi� para algo. La direcci�n de la CNT se volvi� m�s juiciosa, aprendi� a dominar sus impulsos, hasta tal extremo que el mes de abril de 1938 se le pod�a ofrecer de nuevo una cartera, porque se ten�a la seguridad de que no constituir�a un obst�culo para la pol�tica reaccionaria del gobierno. En adelante lo aprob� todo sin protestar y volvi� a ser parte integrante del Frente Popular.
Esta persecuci�n del gobierno de Negr�n se traduc�a no s�lo en los asesinatos y los arrestos, sino tambi�n en el cierre de los locales sindicales, los registros, una censura que no dejaba pasar ninguna cr�tica siquiera ligera, y sobre todo aquellas que pod�an no gustar a los representantes diplom�ticos de Francia e Inglaterra, si se molestaban por azar en leer la prosa del Frente Popular.

He dicho que la direcci�n de la CNT practicaba la doctrina de no-resistencia al mal, ofrec�a la mejilla derecha cuando le pegaban en la izquierda. Pero no quisiera que se me entendiera mal. La direcci�n de la CNT, como por otra parte los estalinistas y los reformistas en general, mostraban esta blandura en sus relaciones con la burgues�a de izquierda y con el gobierno; pero estaba dotada, por el contrario, de una energ�a juvenil cuando se trataba de combatir a los revolucionarios. Esto es normal y est� dentro de la l�gica de las cosas. Los reformistas est�n siempre postrados ante el capital, pero en cambio son muy decididos contra los revolucionarios cuando estos �ltimos dicen la verdad y denuncian sus cr�menes.
As�, el Comit� Regional, a pesar de su ultrademocracia anarquista, que le gustaba oponer a los m�todos bolcheviques de organizaci�n, decidi� excluir de la CNT (una organizaci�n sindical) al estilo americano, es decir, en 24 horas; a todos los miembros de los "Amigos de Durruti", viejos militantes que hab�an arriesgado en varias ocasiones su vida por la CNT y la FAI, porque dec�an algunas verdades sobre la traici�n de la direcci�n cenetista y de los "antiestatistas" como Garc�a Oliver durante las Jornadas de Mayo.

Que la medida de exclusi�n no pudiera ser enteramente aplicada a continuaci�n, no es culpa ni de Mariano V�zquez, ni de Dom�nech[4], sino el resultado de la existencia de un ala revolucionaria en la CNT: la base de la CNT odiaba a la direcci�n anarquista; y no solamente la base, sino tambi�n los cuadros medios, hablaban con desprecio de la "Casa grande", la sede del Comit� Regional.
La direcci�n de la CNT reaccion� sin energ�a frente a la persecuci�n contra el POUM. Los tard�os lamentos, como el de Santill�n[5], no cambian en nada el hecho de que asisti� pasivamente a las haza�as de los estalinistas y a su gangsterismo.
En cuanto a nosotros, los bolcheviques-leninistas espa�oles, podemos recordar que cuando el representante de nuestro grupo espa�ol se dirigi� al Comit� Regional para intentar obtener una intervenci�n a favor de nuestros prisioneros, en el mejor de los casos s�lo le presentaron condolencias, y en otros se extra�aron de nuestras gestiones ya que nuestros camaradas s�lo llevaban algunos meses en prisi�n.
Para ser exactos, hay. que recordar que nosotros encontramos m�s comprensi�n entre ciertos burgueses de izquierda.
Como ya hemos dicho, la direcci�n de la CNT dejaba perseguir no s�lo a los bolcheviques-leninistas y a los poumistas, en suma, a los "politicastros", sino tambi�n a sus propios militantes.
As�, cuando fue asesinado Berneri, fue precisa una fuerte presi�n de la base para que "Solidaridad Obrera" hiciese p�blica una nota sobre su asesinato. Incluso Aurelio Fern�ndez, un dirigente anarquista ministrable, jefe de la polic�a catalana de julio a mayo, ha pasado varios meses en la c�rcel sin que la direcci�n cenetista emitiese una protesta seria �Qu� pod�a hacer pues la direcci�n de la CNT ante la detenci�n de uno de sus militantes de base que incluso criticaba en algunas ocasiones a esa direcci�n?
Los dirigentes cenetistas estaban por lo dem�s m�s tranquilos cuando unos cuantos miembros de su organizaci�n, sobre todo extranjeros de la oposici�n, permanec�an en la c�rcel Modelo y no en la V�a Durruti; en la sede del Comit� Regional.
El argumento central de la direcci�n cenetista, que deb�a justificar esta falta de resistencia ante el mal, era el mismo que el de los stalinistas y el del Frente Popular en su conjunto: "Primero hay que ganar la guerra".
Pero para ganar la guerra era necesario arrastrarse ante el capitalismo extranjero, inclinarse y limpiar los zapatos a los burgueses dem�cratas, dejar destruir sistem�ticamente todas las conquistas de julio y dejar, adem�s de otras cosas, en la c�rcel a los militantes obreros. Todo esto daba sin duda valor a los obreros para "resistir".
Cuando fui detenido durante las jornadas de mayo; conoc� a un joven de 17 a�os, casi un ni�o, miembro de las Juventudes Libertarias. Hab�a sido detenido durante las jornadas de mayo y se le hab�an encontrado bombas en los bolsillos. Tem�a que lo fusilaran, lloraba y llamaba sin cesar a su madre. Despu�s de su detenci�n pas� varios meses en la c�rcel.
Lo encontr� un a�o m�s tarde en las Ramblas. Mi compa�ero ten�a una expresi�n de j�bilo, hab�a obtenido de sus padres la autorizaci�n para presentarse como voluntario e ir al frente. �Ha ca�do luego este joven combatiente de mayo bajo las balas fascistas? No lo s�. En todo caso a pesar de las persecuciones del d�o Negr�n-Comorera; sab�a cu�l era el deber de un proletario ante el fascismo; a pesar de la represi�n del Frente Popular no se dej� arrastrar por el rencor y, aunque no eran precisamente su fuerte las generalizaciones sociol�gicas, comprend�a y sobre todo sent�a que, independientemente del car�cter reaccionario del gobierno de Negr�n, era necesario combatir a Franco con las armas[6].
Pero la aplastante mayor�a de los obreros catalanes y espa�oles no reaccionaba -y no pod�a hacerlo- como mi joven amigo, el cual hab�a comenzado su carrera revolucionaria en las barricadas de mayo "con bombas de mano".
La represi�n contra el proletariado por el gobierno del Frente Popular destru�a sistem�ticamente la moral de la retaguardia �y se hablaba constantemente de la necesidad de mantener la moral de la retaguardia, de la necesidad de hacer renacer el entusiasmo del 19 de julio!
"Solidaridad Obrera" publicaba casi a diario art�culos pidiendo a los obreros que fuesen siempre tan entusiastas como el 19 de julio. Dichos art�culos evocaban el "esp�ritu del 19 de julio". Los ingenuos y sentimentales idealistas que redactaban esos art�culos no se daban cuenta de lo rid�culo de sus llamamientos. No sab�an que para que haya esp�ritu debe existir el cuerpo. Para el entusiasmo del 19 de julio, era necesaria la relaci�n de fuerzas y la situaci�n del 19 de julio, es decir, aquella en la que el proletario se sent�a el amo.
�Se puede combatir con entusiasmo al enemigo fascista cuando no se sabe si se pasar�n los d�as de permiso (que un miliciano esperaba siempre) en las c�rceles republicanas como sospechoso o como trotskista? �se puede combatir con la tenacidad y el esp�ritu de sacrificio imprescindibles cuando se tiene a un hermano o un primo, antifascista probado, en la c�rcel, o cuando acaba de salir de ella? Pocos son los hombres capaces de reaccionar como lo hizo mi amigo, el joven libertario que antes mencionaba.
�Escucho a�n esas conversaciones que se o�an en todas partes y que reflejaban la moral de la clase obrera! Estas conversaciones esclarecen un poco m�s las razones que han determinado que Barcelona fuese cedida sin resistencia y que la ciudad de las barricadas cayese sin barricadas. "�Ah, ahora cuando llegue el combate me quedar� tranquilamente en casa!" "�Que salgan a la calle los de "arriba"!", dec�a un combatiente de las barricadas del 19 de julio.
La consigna del doctor Negr�n "Resistir"[7] era objeto de chistes no s�lo de parte de los fascistas y de la quinta columna, de la que tanto han hablado los comunistas al tiempo que la favorec�an, sino tambi�n de los valientes obreros. "�Yo he de "resistir", cuando los dem�s se burlan de m� a cada instante? �cuando los dem�s est�n sonrosados como una joven o un beb� mientras yo me aprieto el cintur�n cada d�a m�s?"
"�Debo resistir yo cuando un ex miembro de la CEDA[8], fascista apenas encubierto, tiene m�s peso que yo que estuve en el asalto de las Atarazanas o en otro cuartel el 19 de julio? �Resistir yo cuando mis camaradas siguen a�n en la prisi�n republicana, eso s�? En el fondo siempre he sido un explotado. El obrero siempre ha sido enga�ado, y as� se trate de Negr�n o de Franco, seguir�n tom�ndome el pelo. �Que Negr�n y Comorera "resistan" un poco!" E incluso, cuando se le�an los llamamientos de la CNT-FAI, firmados por Garc�a Oliver o V�zquez, pidiendo a los obreros que se dejasen matar en su sitio antes que ceder terreno al enemigo, se re�an de las frases que ped�an a los obreros "toda su sangre", los mismos militantes cenetistas re�an. �Qu� pod�a esperarse pues de los obreros de base? "Toda su sangre", es textual. A pesar de sus buenas intenciones, que no podemos sino aprobar, los autores de esos llamamientos se imaginaban que el obrero da su sangre a cada instante y con m�s facilidad que una buena vaca da leche. No se daban cuenta que para que el obrero d� "toda su sangre" debe estar firmemente convencido de que lucha para liberar a sus hermanos. Tal vez sea una l�stima, ex-ministro Garc�a Oliver, pero el obrero no es un grifo que se abre cu�ntas veces se desee para que salga el l�quido rojo. Para llevar a los obreros a hacer sacrificios es necesario tener una pol�tica revolucionaria. S�, pol�tica, aunque esta palabra le cause horror. La espontaneidad del 19 de julio s�lo se reproduce en situaciones excepcionales y para mantenerla hace falta algo m�s que los llamamientos al entusiasmo.
"Resistir", pero �con qu� perspectiva? �Ser due�o de las fabricas e instaurar un r�gimen sin explotadores ni explotados? No. Eso ser�a trotskismo criminal. "Resistir", ped�an Negr�n y Comorera a los obreros de Barcelona, para tener en lugar de una prisi�n franquista una prisi�n republicana funcionando seg�n todos los preceptos del c�digo penal y del r�gimen penitenciario. Resistir para que sean respetados el gobierno legal, la constituci�n y los tratados. �Resistir con la esperanza de que un d�a el fr�o coraz�n de Chamberlain se ablande y venga en nuestra ayuda!
Las frases que he citado m�s arriba no han sido inventadas por m�, las escuch� en mi f�brica y eran pronunciadas por obreros que estuvieron en las barricadas el 19 de julio.
En resumen, podemos llegar a la misma conclusi�n que en el an�lisis de la pol�tica del Frente Popular en otros terrenos.
Negr�n-Comorera y su Frente Popular trabajaban, con su pol�tica de "orden republicano", por el fascismo.
A pesar de su actitud rastrera, de sus halagos y de sus bajezas, el se�or Chamberlain permaneci� impasible. A pesar de la represi�n que aseguraba que "el orden reina en Barcelona", para este gentleman la Espa�a "gubernamental" segu�a estando mal gobernada y los republicanos eran unos "rojos".
"�Pero, veamos, no hay comunistas en el gobierno, y si los hay son s�lo dos que no son malos chicos, sino buenos patriotas, tenemos incluso un cat�lico en el gobierno. Ya se celebra misa en Barcelona. De momento, s�lo para los vascos, pero pronto las iglesias funcionar�n normalmente. Se�or Chamberlain, escuche usted las emisoras del gobierno y ya no escuchar� la Internacional sino simplemente himnos patri�ticos como los que se cantan en su pa�s. �No, se�or Chamberlain, no somos "rojos": �Temblamos ante la sola idea de tener un color parecido!; �Si hemos cometido algunos excesos despu�s del 19 de julio no fue culpa nuestra! En cuanto hemos podido hemos vuelto a encerrar en las c�rceles a esos anarquistas y a esos poumistas. �Si hemos pecado, perd�nenos; compr�ndanos y venga en nuestro auxilio!".
Pero una vez m�s esta s�plica fue en vano. Ese galanteo siniestro, que el proletariado ha pagado caro, no sirvi� de nada.
El se�or Chamberlain prefiri� Franco a Negr�n, el fascismo al r�gimen del Frente Popular, pero toda esa tragicomedia desarm� al proletariado, destruy� su energ�a y aniquil� su combatividad.
La represi�n, "el orden republicano", el gangsterismo stalinista, no tuvieron como �nico efecto el asesinato de algunos miles de militantes y el "aplastamiento del trotskismo"; repit�moslo: esa represi�n le abri� el camino a Franco.


[1] A Mena lo conocen muchos camaradas franceses, sobre todo miembros del PSOP (PSOP: Partido Socialista Obrero y Campesino, partido socialdem�crata de izquierda constituido en Francia en los a�os 30, bajo la direcci�n de M. Pivert, y miembro del Bur� de Londres. N. d. E.) porque emigr� despu�s de octubre del 34 y pas� alg�n tiempo en Francia, en la regi�n parisina. (N.d.A.)
[2] Se refiere a la manifestaci�n del 5 de enero de 1905, de obreros de San Petersburgo, organizada por el pope Gap�n, y que fue salvajemente ametrallada por la polic�a zarista, episodio que abri� paso a la revoluci�n rusa de 1905 (N. D. E.)
[3] En una asamblea de la CNT en Barcelona, en la sala Olimpia, Mariano V�zquez, secretario nacional de la CNT, fue recibido con gritos de "�presos!" que le impidieron hablar durante un buen rato, pero el "anarquista" se hizo el sordo y no dijo una palabra sobre la minucia de las c�rceles republicanas. (N.d.A.)
[4] El primero; secretario del Comit� Nacional, el segundo del de Catalu�a de la CNT. (N.d.A.)
[5] En su libro Guerra y revoluci�n en Espa�a, Abad de Santill�n "lamenta" que la CNT permitiera la persecuci�n estalinista contra el POUM:
[6] Como ejemplo de una actitud opuesta, me permito recordar lo que me dec�an algunos "izquierdistas", a los que los ignorantes confund�an a veces con la IV Internacional: "�Merece la pena ir al frente y arriesgar la vida por la Rep�blica democr�tica de Largo Caballero o de Negr�n?" Muchas veces ese "izquierdismo" enmascaraba una pura y simple cobard�a. Entre esos "izquierdistas" y nosotros hay un abismo. (N.d.A.)
[7] "Resistir". Por ejemplo, a las avellanas se las llamaba "p�ldoras del doctor Negr�n para resistir". Las avellanas eran uno de los pocos alimentos que a�n pod�an encontrarse en Barcelona en oto�o de 1938 (N.d.A.)
[8] CEDA: Confederaci�n Espa�ola de Derechas Aut�nomas, partido de la derecha reaccionaria, con fuertes simpat�as por el fascismo, dirigido por Gil Robles (N. d. E.)
 

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