OBRAS COMPLETAS DE JOSE CARLOS MARIATEGUI |
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CARTAS DE ITALIA |
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LA PRENSA ITALIANA1
En Italia, como en toda Europa, la prensa está dividida en dos grupos únicos: prensa burguesa y prensa revolucionaria. No existe en la actualidad prensa política. Todo diario pertenece necesariamente a uno u otro grupo. Los grandes diarios informativos son los principales órganos de la prensa antirevolucionaria. Parecen destinados exclusivamente a la información; pero su información no es ni puede ser objetiva. Es eminentemente antirrevolucionaria, esencialmente conservadora. Y tiene que ser así. Un gran diario informativo es una empresa industrial. Es una fuerte inversión capitalística. Sus intereses son, por consiguiente, los de las clases conservadoras. Dentro de la lucha de clases no caben periódicos independientes, periódicos neutrales. Todos los periódicos tienen filiación. Todos los periódicos son sectarios. Todos los periódicos son políticos. Naturalmente este sectarismo tiene sus gradaciones. En ambos grupos de la prensa hay di-versos matices, distintas denominaciones. De un lado hay prensa reaccionaria, prensa radical, prensa reformista. De otro lado hay prensa socialista, prensa comunista, prensa anarquista. Pero clasificadas, despectivamente, en un solo bando. Los diarios de la prensa antirrevolucionaria son, ante todo, de dos clases: diarios informativos y diarios polémicos. Los primeros reflejan los intereses generales de las clases dominantes. Los segundos, los intereses particulares de sus fracciones, de sus sectores diferentes. Políticamente los diarios polémicos son, por esto, más interesantes. No sólo porque abundan en comentarios y crítica. Sino porque, mientras los diarios informativos son una simple opinión de clase, los diarios polémicos son una opinión personal, una opinión de grupo. Traducen las ideas de un escritor o de una fracción determinada. El diario informativo vive relativamente indiferente a los cambios de gobierno y de política. Es casi siempre ministerial. Cuando no es tampoco pasa a ser oposicionista. El diario político, en cambio, apasiona con los cambios de gobierno. Es ministerial o antiministerial ardientemente. La prensa italiana no se diferencia, bajo estos puntos de vista, del resto de la prensa europea. Sus particularidades son otras. La principal, tal vez, es que la capital no la monopoliza ni la absorbe. La prensa francesa se concentra en París. La prensa inglesa se concentra en Londres. La prensa italiana no se concentra en Roma. El mayor rotativo italiano —Il Corriere della Sera— se publica en Milán. Los diarios romanos recogen hoy una noticia de L'Stampa de Turín, mañana un comentario del Popolo d'Italia de Milán. El lector de la capital lee a Treves o a Nitti en Il Resto del Carlins de Bologna. Y en Turín se edita el órgano del Partido Comunista. Es que Italia tiene estructura, territorio y psicología de estado federal. Su estatuto ha centralizado su gobierno; pero no ha centralizado su actividad, no ha centralizado su vida. La vieja Italia de las pequeñas repúblicas, de las regiones autónomas, de las comunas independientes, no ha desaparecido. Existe unidad nacional. Pero esta unidad nacional no es romana; es italiana. Milán, Turín, Génova, Nápoles, Florencia, conservan una vigorosa personalidad propia. La unidad nacional es el nexo que les une con Roma. Pero sin convertirlas en dependencias espirituales de la ciudad eterna. El más poderoso y difundido diario de Italia es como Ya hemos dicho, Il Corriere della Sera. En todas las grandes ciudades italianas se le vocea cotidianamente. Lo dirige el senador Albertini. Está vinculado a la alta industria y a la alta banca. Pero es muy discreto, cauto y sagaz al servirlas. Lenin o alguien de su entuorage lo han llamado "el órgano más inteligente de la burguesía italiana". Ha demostrado siempre inclinación por Nitti; pero, dado a los intereses a que está ligado, no puede seguir hoy una política de áspera oposición. Fue partidario de la intervención en la guerra. No comparte, sin embargo, las ideas expansionistas y guerreras del nacionalismo. Antes bien las desaprueba e impugna. Los principales diarios romanos son: Il Messagero, Il Giornale d'Italia, Il Tempo, La Tribuna, La Epoca, Il Corriere d'Italia e Il Paese. Además, son interesantes, por el sector político que representan, La Voce Republicana, órgano del Partido Republicano, Il Giornalle dell Popolo, órgano de los socialistas y L'Osservatore Romano, órgano del Vaticano. Il Messagero es uno de los diarios de más circulación en el país. Se le atribuyen como al Corriere della Sera vinculaciones con la gran industria. Y tiene también el tipo, la psicología y la política del gran diario informativo. Ha sido adicto a Nitti. Pero hace poco se produjo un cambio en su personal de redacción. Asumió su dirección un escritor muy versado en política internacional, Virginio Gayda, que desempeñaba su corresponsalía en Londres. Desde entonces Il Messagero es un diario ministerial. Il Giornale d'Italia es uno de los más bulliciosos y leídos diarios de la tarde. Publica, además, una edición meridiana titulada Il Piccolo. Su política es fervorosamente nacionalista. Está considerado como un diario de Sonnino, aunque éste se halla, por el momento, alejado de la actividad política. Es uno de los más vehementes adversarios de Nitti. Pero su colaboración con Giolitti es sólo contingente y ocasional. Il Giornale d'Italia preferiría en el poder a Bonomi o a De Nicola. Transige con Giolitti, de quien fue amigo durante la guerra, porque las candidaturas de Bonomi y De Nicola a la presidencia del Consejo no están suficientemente maduras. L'Idea Nazionale es la barricada del nacionalismo. La prestigia la pluma del líder nacionalista Luis Federzoni, actual diputado por Roma y robusto tipo polemista. Cómo órgano de la extrema derecha, L'Idea Nazionale es, igualmente, adversa a Nitti. Más moderados en su conservadorismo son Il Tempo, diario político de la mañana; La Tribuna, que por su antigua tradición giolittiana tiene hoy en la prensa romana el rol de órgano del ministerio; y La Epoca, diario de la tarde, dirigido por Julio Giordana, escritor de filiación radical y estimable posición periodística. Il Paese, un diario nuevo, representa la izquierda monárquica. Lo dirige Alberto Giannini que perteneció al Il Messagero hasta el cambio del personal anteriormente mencionado. Colaboran en él algunos escritores de zona templada del socialismo como Francisco Ciccotti y Angela Cabrini. Il Paese acusa en su orientación una mentalidad sagaz, una sensibilidad moderna y una avanzada filiación democrática. Es acerbamente antiministerial y recónditamente nittiano. Su campaña oposicionista lo ha convertido rápidamente en uno de los más leídos diarios romanos. Porque aquí, como en todas partes, la prensa de oposición gusta al público. Entre los diarios de otras ciudades italianas que tienen importancia y circulación nacionales, debe ser citada en primera línea L'Stampa, de Turín. Es el más grande diario del Piamonte. Y Giolitti, político piamontés, cuenta en él su órgano más cercano. Su director era, hasta hace pocos meses, un conspicuo amigo y partidario de Giolitti, el senador Frassati, actualmente embajador en Alemania. Deben ser mencionados también Il Resto del Carlins, de Bologna, Il Seccole XX, de Milán, La Nazione, de Florencia, Il Mattino, de Nápoles y la Gazzéta del Popolo, de Turín, que personifica la tendencia regional piamontesca adversa a la representada por L'Stampa. El órgano del "fascismo" es Il Popolo d'Italia, de Milán, el diario de Benito Mussolini. Más que un periódico de grupo es un periódico personal de Mussolini, quien lo fundó a continuación de su disidencia del socialismo, para preconizar la guerra. Es, por esto, un diario polémico que ha conservado la entonación guerrera y el espíritu marcial de su primera campaña. Su prosa es cálida, belicosa e hiperbólica. Pasemos ahora a la prensa revolucionaria. A la prensa de la extrema izquierda. Sus órganos sustantivos son: Avanti y L'Ordini Nuovo. Avanti es el diario del Partido Socialista oficial. Se publica en Milán y en Roma. Se publicaba, además, en Turín, pero esta tercera edición ha desaparecido porque, predominando en la antigua sección socialista de Turín los comunistas, ha pasado a ellos la propiedad de la imprenta respectiva en la cual se edita ahora L'Ordine Nuovo. Avanti está dirigido por Serrati, el líder de la tendencia que prevaleció en el congreso de la cisión, el congreso de Livorno. Su circulación es inmensa. L'Ordine Nuovo es el diario del Partido Comunista. Está dirigido por dos de los más notables intelectuales del partido: Terracini y Gramsci. Existe en la prensa de la extrema izquierda otros periódicos representativos: Critica sociale, la revista de Felipe Tivati, órgano del Partido Socialista oficial. Bataglie Sindicale, órgano de la Confederación General del Trabajo o sea del movimiento sindicalista. Y L'Umanitá Nuova, diario del líder anarquista Enrique Malatesta, cuya publicación acaba de verse interrumpida a causa de la destrucción de sus oficinas por los "fascistas" de Milán. Con L'Umanitá Nuova se llega materialmente e ideológicamente, al confín de la prensa italiana, que es, como la nación, apasionada, elocuente, sugestiva y gallarda.
NOTA: 1 Fechado en Roma, junio de 1921; publicado en El Tiempo, Lima, 10 de julio de 1921.
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