Primera edición: La colección de la correspondencia de Marx y Engels se publicó por vez primera en alemán en 1934 a cargo del
Instituto Marx-Engels-Lenin de Leningrado. La segunda edición, ampliada, se realizó en inglés en
1936.
Fuente de la versión castellana de la presente carta: C. Marx & F. Engels, Correspondencia, Ediciones Política, La Habana, s.f.
Esta edición: Marxists Internet Archive, 2011.
Londres, 13 de setiembre de 1851
EL comité italiano se ha dividido. Una considerable minoría ha renunciado de él. Mazzini describe como pena este acontecimiento en la Voix du Peuple (La Voz del Pueblo). Se dice que las principales razones son: en primer lugar Dios. Ellos no quieren Dios. Después, y esto es más serio, acusan a Maese Mazzini de trabajar en favor de Austria, insisten en un llamamiento directo a los intereses materiales de los campesinos italianos, lo que no pueden hacer sin atacar, por otra parte, los intereses materiales de la burguesía y de la aristocracia liberal, que constituyen la principal falange de los partidarios de Mazzini. Este último punto es muy importante. Si Mazzini o cualquier otro que se ponga a la cabeza de la agitación italiana no transforma esta vez franca e inmediatamente a los campesinos, de métayers (arrendatarios) en propietarios libres (la posición de los campesinos italianos es horrorosa; ahora me he enterado por completo del sucio asunto) el gobierno austríaco recurrirá, en caso de revolución alos métodos galizianos.[1] Ya ha amenazado “con un cambio completo en las condiciones vigentes de la propiedad” y con “la destrucción de la turbulenta nobleza”. Si los ojos de Mazzini todavía no se han abierto, es un buey. Es cierto que deben ser tenidos en cuenta los intereses de la agitación. ¿De dónde ha de conseguir sus diez millones de francos si ofende a la burguesía? ¿Cómo ha de retener los servicios de la aristocracia si deben informarla de que la cuestión siguiente es su expropiación? Estas son dificultades para demagogos de la vieja escuela como es él...
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[1] “Métodos Galizianos”. Después de la incorporación de Galizia a Austria, el gobierno austríaco abrogó gran parte de los privilegios feudales de la aristocracia galiziana, a fin de disponer a los campesinos, de una manera demagógica en contra de los rebeldes aristócratas, y de crear así una base social para la explotación de esta provincia, que seguía siendo dominada por los grandes terratenientes. Austria había introducido un sistema de la más espantosa opresión nacional en el norte de Italia.