Liu Shaoqi

 

El papel de la clase obrera en la revolución y la orientación del movimiento obrero

 

Mayo de 1926[1]

 


Redactado:   Mayo de 1926.
Fuente de la traducción al castellano: Obras escogidas de Liu Shaoqi. Tomo I. Ediciones en Lenguas Extranjeras, Beijing, 1983; págs. 7-10.
Esta Edición digital: Sección en Español del Marxists Internet Archive, febrero de 2024.


 

 

 

1. De un año a esta parte, el movimiento obrero chino ha co-brado enorme desarrollo, logrando en particular grandes progresos durante el Movimiento del 30 de Mayo1. La clase obrera se ha mos-trado capaz de dirigir en el movimiento de la revolución nacional a todos los sectores de las masas populares en la ofensiva contra los imperialistas y los caudillos militares. Los incidentes sangrientos ocurridos en diversos lugares fueron todos provocados por la repre-sión que se hizo a las huelgas, y en estos incidentes fueron los obre-ros los que sufrieron mayores bajas. En el Movimiento del 30 de Mayo, movimiento dirigido contra el imperialismo, fue la clase obrera la que ofrendó más vidas, la que tuvo la posición más radical, la que luchó con más tenacidad y la que mostró más potencia. Los diversos hechos de la dura lucha se han encargado de comprobar el indiscutible papel dirigente que le corresponde a la clase obrera en el movimiento de la revolución nacional.

2. De un año a esta parte, el movimiento obrero ha venido siendo reprimido y pisoteado por los caudillos militares. Particularmente despiadada fue la persecución de la clase obrera por parte de los caudillos militares de Fengtian y de Zhili2 durante el Movimiento del 30 de Mayo. Todo esto constituye un nuevo testimonio de que los caudillos militares son instrumentos y lacayos del imperialismo, de que éste y aquéllos son enemigos irreconciliables de las masas, o sea, blancos de la revolución nacional, y de que, asimismo, es preciso derribar a los caudillos militares para coronar con la vic-toria el movimiento antiimperialista.

3. Es cierto que la burguesía china3, oprimida por los imperialistas y los caudillos militares, puede participar en la revolución nacional, pero no participa de un modo consecuente y es proclive a caer tarde o temprano en la conciliación. Aparte de eso, se volverá reaccionaria una vez que el proletariado tome parte en la revolución o exija un mejoramiento de sus condiciones de vida. Ya hemos aprendido bastante de la actuación reaccionaria de los burgueses de Shanghai durante el Movimiento del 30 de Mayo. Nuestra clase obrera debe, en un momento determinado, es decir, en el momento en que más agudo se torne el conflicto de la burguesía con el imperialismo, cooperar con la primera para luchar juntas contra el último y vigorizar así las fuerzas del movimiento antiimperialista. Sin embargo, cuando la burguesía muestre su tendencia conciliatoria o proceda a la represión del movimiento obrero, la clase obrera debe oponer a ello la más enérgica resistencia para mantenerse a salvo de todo engaño y traición por parte de la burguesía.

4. La pequeña burguesía de China, incluidos los pequeños comerciantes y los estudiantes, ocupa un lugar muy importante en el movimiento de la revolución nacional. El movimiento antiimperialista en el último año ha demostrado que la pequeña burguesía tiene fuerza y puede tomar parte en la revolución, razón por la cual la clase obrera debe unirse efectivamente con ella para establecer un frente unido, y debe, además, empujarla hacia la izquierda para corregir de este modo su carácter vacilante y conservador y evitar así que sea utilizada por la gran burguesía.

5. Los campesinos constituyen una fuerza importante en la revolución nacional y son el aliado natural de la clase obrera. Esta última debe ofrecerles apoyo efectivo y llevar adelante junto con ellos la revolución china. Los obreros de los diversos lugares de- ben ayudar a los campesinos a crear sus propias asociaciones, enseñarles métodos de lucha y prestarles ayuda efectiva en todas sus luchas. La clase obrera, al determinar las formas de su propia lucha, debe tener en cuenta los intereses de los campesinos.

6. La clase obrera de China ha hecho enormes progresos y se ha expandido en lo organizativo. No solamente se ha registrado un gran aumento del número de afiliados a los sindicatos del país, sino también un mejoramiento de sus organizaciones. Ahora, entre las masas obreras de los diversos lugares, se hace oír la voz que llama a la unificación de las organizaciones sindicales. Prueba de ello son los movimientos por la unificación de los sindicatos en Hongkong y Guangdong y el hecho de que doscientos mil obreros de Shanghai, desafiando la dura represión, continúen en las organizaciones secretas y aún luchen de cuando en cuando por diversas reivindicaciones. Esto nos demuestra que las organizaciones de la clase obrera china han llegado a ser tan potentes que las fuerzas reaccionarias no las podrán destruir.

7. Los sindicatos, por el hecho de ser organizaciones económicas de las masas obreras, deben funcionar públicamente. Hoy, en circunstancias en que los sindicatos de China aún se hallan fuera de toda protección legal y no son reconocidos por la sociedad, la clase obrera china, con miras a desarrollar el movimiento obrero del país, debe emprender, de manera activa y abierta, un movimiento por una legislación sindical, de suerte que, aun en el caso de que no se logre la promulgación de las leyes al respecto, pueda, de todos modos, conducir a las masas obreras de China por el camino de las luchas políticas. Entonces, el movimiento obrero chino ganará un terreno más amplio como resultado de las campañas por las libertades sindicales.

8. Si bien en el año transcurrido el movimiento obrero se ha limitado a una lucha política antiimperialista, en todo su curso se han manifestado las demandas económicas de los obreros. Las condiciones en que trabaja la clase obrera china son tan pésimas que nunca se han visto en ningún otro país del mundo. Por eso, en adelante, el movimiento obrero debe seguir la orientación de intensificar las luchas económicas de toda índole. Los obreros no deben apartarse en ningún momento de sus reivindicaciones económicas. Los problemas económicos son algo por lo que nunca podrán dejar de luchar. El desarrollo de las luchas económicas supondrá un avance del movimiento obrero en China.

9. En la gran lucha que ha librado de un año a esta parte, la clase obrera china ha estremecido con su movimiento al mundo entero atrayendo la atención de la clase obrera mundial, lo cual ha contribuido a estrechar aún más la unión de la clase obrera china con la del mundo. Por ejemplo, durante la huelga que estalló a raíz del Incidente del 30 de Mayo, innumerables organizaciones sindicales de otros países enviaron mensajes, celebraron manifestaciones, donaron dinero en señal de solidaridad o mandaron delegados a China para establecer contactos. En adelante, la clase obrera china debe, en acciones de diversa naturaleza y mediante variadas formas de organización, unirse aún más estrechamente con la clase obrera mundial a fin de llevar adelante la revolución mundial.

10. Paralelamente al rápido desarrollo del movimiento obrero en China, se asiste a un desenfreno de las actividades de los esquiroles. Dada la enorme fuerza con que éstos cuentan en los diversos lugares para socavar nuestra causa, debemos tomar precauciones contra sus actividades de zapa y crear aparatos de autodefensa en los sindicatos.

 

 

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[1] Del 1º al 13 de mayo de 1926, tuvo lugar en Guangzhou el III Congreso Nacional del Trabajo, en el que Liu Shaoqi, secretario general del Congreso, rindió, por encargo de su presidium, un informe titulado “Un año de desarrollo del movimiento obrero de China", el cual consta de cinco partes: 1) la significación del II Congreso Nacional del Trabajo y la situación general del movimiento obrero chino en el período anterior y posterior a su celebración; 2) el Movimiento del 30 de Mayo de 1925; 3) la guerra contra los caudillos militares de Fengtian; 4) la actual situación del movimiento obrero en todo el país y su futuro desenvolvimiento, y 5) conclusiones y orientación a seguir. El texto incluido en el presente tomo corresponde a la 5.ª parte, la cual apareció originalmente en el boletín N.º 11 de dicho Congreso.