Escrito: 19 de mayo de
1901. Enviada desde Munich a Moscú.
Publicado por primera vez: En 1929 en la revista
Proletárskaia Revoliutsia, núm. 4.
Fuente del texto: Editorial Akal, Obras
Completas, Tomo 41.
Preparado para el MIA: Rodrigo Cisterna, junio de
2016
19. V. 1901.
He decidido escribirte unas líneas, querida Maniasha, o pensarás que me he convertido en un verdadero puerco. Desde que estoy aquí olvido mis obligaciones con una frecuencia asombrosa. Es verdad, que ahora que Nadia y E. V. han llegado, estamos mucho más cómodos: tenemos nuestro apartamento y estoy comenzando a trabajar más regularmente, pero todavía hay más que suficiente desorden.
¿Cómo estás? Espero que te habrás trazado un régimen de vida más acertado porque eso es cosa muy importante en el confinamiento solitario. Acabo de escribir una carta a Mark en la cual describo muy detalladamente la mejor forma de establecer un " régimen"; por lo que se refiere al trabajo mental, recomiendo especialmente traducciones, doble traducción, es decir primero hacer una traducción escrita del idioma extranjero al ruso, y después traducirlo del ruso al idioma extranjero. La experiencia me ha enseñado que es el método más racional de aprender idiomas. En cuanto al aspecto físico, le aconsejé enérgicamente, y te lo repito a ti, hacer gimnasia todos los días y fricciones. En el confinamiento solitario esto es absolutamente esencial.
Por una de tus cartas, que me mandó mamá, veo que has encontrado la manera de emplear tu tiempo. Pienso que esto te permitirá olvidar, aunque sólo sea ocasionalmente, el ambiente, y que el correr del tiempo (que generalmente trascurre muy de prisa en la cárcel, a menos que las condiciones sean excepcionalmente malas) puede pasar más desapercibido. También te aconsejo disponer tu trabajo con los libros que tienes en forma que te permita variarlo; recuerdo muy bien que un cambio en la lectura o en el trabajo -de la traducción a la lectura, de la lectura a la gimnasia, de la lectura seria a las bellas letras-ayuda mucho. Algunas veces el empeoramiento del estado de ánimo-el estado de ánimo cambia fácilmente en la cárcel-se debe simplemente al cansancio ocasionado por la monotonía de las impresiones o del trabajo, y basta un cambio para volver a la normalidad y calmar los nervios. Recuerdo que después de cenar, como descanso, me dedicaba regelmássig [2] a las bellas letras, que nunca disfruté tanto como en la cárcel. Y lo más importante es no olvidar la gimnasia diaria obligatoria. ¡ Impónete realizar (¡sin concesiones!) varias decenas de movimientos de todo tipo! Esto es fundamental.
Por hoy basta. Te beso fuertemente, te deseo ánimo y buena salud.
Tuyo, Vlad. Uliánov
[1] Esta carta fue entregada a M. I. Uliánova en la cárcel y lleva el sello del fiscal del Departamento de Justicia de Moscú. (Ed.)
[2] Regularmente. (Ed.)