Escrito: Escrita el 26 de
agosto de 1911. Se publica de acuerdo con el manuscrito, Enviada de
Longjumeau (Francía) a Berdiansk.
Publicado por primera vez: Publicada por primera
vez en la 4. ed. de las Obras de V. I. Lenin, t. 37.
Fuente de esta edicion: Editorial Akal, Obras
Completas, Tomo 41
Html: Marxists Internet Archive.
26/VHI.
Querida María Alexándrovna: Hace tiempo que me propongo escribirle, pero siempre hay algo que me lo impide. Hace unos días recibí carta de Ania. Volodia recibió hace mucho los 100 francos, pero en cambio no le llegó la lista de los libros que tiene que comprar y enviar con ese dinero. Por las postales y la carta de Ania vemos que la vida que llevan en Berdiansk no es la de un verdadero veraneo, que es una ciudad y no una dacha, aunque por cierto, pueden bañarse. . . Tampoco nosotros tuvimos mucha suerte este verano. Mamá estuvo enferma varias veces: tuvo congestión pulmonar, y el médico dijo que sus pulmones están algo afectados, que debe descansar, alimentarse bien y una serie de cosas más. Y en este aspecto nuestra casa no es muy adecuada. No tiene siquiera un pequeño jardín, ni un patio, y si queremos tomar aire debemos ir a algún lado, lo que no es lo mismo; además, es calurosa y muy ruidosa. Aunque la comida es buena-comemos en la comuna, y por lo tanto la comida es rusa, casera y abundante-, resulta cansador caminar una versta por la ciudad; ahora llevamos los alimentos a casa, pero es muy molesto tener que lavar la vajilla. .. En una palabra, para una persona sana no es grave, pero para un enfermo se hace difícil; Además, el calor es aquí insoportable. Mamá está mejor, pero ha decaído mucho por su enfermedad, tose y está muy deprimida.
Volodia aprovecha el verano bastante bien. Ha resuelto trabajar al aire libre, hace largos paseos en bicicleta, se baña y está contento con la casa. Esta semana hemos paseado en bicicleta hasta cansarnos. Hicimos tres excursiones y cada una de 70 ó 75 kilómetros; no dejamos rincón sin conocer de tres bosques diferentes: fueron hermosos paseos. A Volodia le apasiona salir por la mañana, a Lis seis o siete, y volver a última hora de la tarde. Pero gracias á estas excursiones las cusas quedan sin hacer. ¡Pero no importa! Ya comienza el mal tiempo. Tenemos la casa hasta el 13 de setiembre, aunque, si el tiempo es bueno podemos arreglar con los propietarios y quedarnos más tiempo. Eso estaría muy bien, pero nos traería complicaciones en la vida doméstica. La comuna se disolverá a principios de setiembre; en casa no se puede cocinar y la comida del restaurante es mala y cara. La verdad es que nos habíamos organizado muy económicamente. Pagamos diez francos mensuales por la vivienda, y 1 franco 30 céntimos por persona por el almuerzo y la cena. Claro que teníamos otros gastos, pero eran insignificantes. Volodia no sabe aún si aconsejar a Ania que venga acá o que viaje directamente a París. En cuanto al trabajo, por el momento está más ocupado, aunque es difícil prever qué pasará en el otoño. En lo que se refiere a las condiciones de vida, es mejor la ciudad, pues aquí hay muchas incomodidades. Pienso que Ania debe viajar cuando le resulte más conveniente; para nosotros es lo misino. Volodia estará muy ocupado las dos próximas semanas. Sólo que no debería venir durante el traslado, pero de todos modos tampoco eso tiene mayor importancia, pues la mudanza no será muy complicada. ¡Cuánto hace que no nos vemos. . .!
Así pues, les he contado detalladamente la vida que llevamos, y ahora las beso fuertemente a las dos. Y en beneficio de la salud de ustedes les aconsejo que aprovechen bien los baños. ●
Mamá envía muchos saludos.
Suya, Nadia